miércoles, 12 de mayo de 2010

La guerra contra los funcionarios (I)

Por Ileana Medina Hernández

Tanto el Gobierno de España como el de Canarias, han declarado la guerra a sus propios funcionarios.

En medio de la crisis y el pánico de que nos vaya a ocurrir lo mismo que a Grecia, el Gobierno debe tomar medidas.

Y, como siempre, tanto los gobiernos de derechas como de izquierdas, toman medidas POPULISTAS.

Acaba de anunciar Zapatero la eliminación del cheque-bebé (los 2.500 euros que desde julio de 2007 se dan a cada bebé que nace) que en su día se aprobó como una medida POPULISTA, y ahora su retirada es también POPULISTA. Siempre pensé que mejor que regalar 2.500 bebés a todos los bebés (incluidos a los de familias de clases altas) hubiera sido prolongar la baja maternal remunerada dos meses más, algo que sí beneficia a todos los bebés en aquello que verdaderamente necesitan (la presencia de su madre en sus primeros meses de vida), pero esa medida, aunque hubiera costado el mismo dinero que regalar 2.500 euros, hubiera sido cuestionada por los defensores y "defensoras" de un feminismo primario obsoleto y por los sectores empresariales, así que de eso ni hablar.

Ahora además se anuncia la reducción de las plazas de funcionarios y la reducción de sus salarios. Medida que los políticos saben que siempre atraen las simpatías de la gente, que tienen rabia (o envidia, no sé bien) a los funcionarios públicos, como si no existiera la posibilidad de que todo el que quiera ser funcionario pueda presentarse a un examen de oposición, en igualdad de condiciones con todos los demás. (Sólo hay que leer los comentarios de algunos lectores a estas noticias, que dan pavor por la ignorancia y el inexplicable odio que babean contra los funcionarios...).

La gente piensa en funcionarios y siempre se imagina a alguien que ha entrado por "manga" (y esto también es culpa de los políticos, no de los funcionarios), tocándose los güebs en una oficina, pero no sabe que la mayoría, la inmensa mayoría de los funcionarios en España son médicos, enfermeros, auxiliares de clínica, profesores, maestros, educadores infantiles, bibliotecarios, carteros, policías, bomberos... Gente cuyo trabajo es imprescindible para nuestro bienestar (los que cuidan de nuestros niños, enfermos, ancianos...LA LABOR MÁS IMPORTANTE DE LA SOCIEDAD) e imprescindible para nuestra seguridad, que nos quejamos siempre de que su trabajo no es óptimo, pero a quienes muchas veces pagamos una miseria y ahora encima le reducimos el salario.

Otra buena parte son simples administrativos y auxiliares, con salarios de mileuristas, que han visto perder en los últimos años su poder adquisitivo, y que soportan sobre sus hombros todo el trabajo de la Administración y la dejadez de sus propios jefes y políticos.

Pueden tomarse muchas medidas para mejorar la economía, pero ninguna de ellas puede tocar las empresas petroleras, o a los bancos, o las telefónicas... que cada año anuncian sin pudor que han obtenido más beneficios que el año anterior.

Ya nadie se acuerda de la pasta gansa que se le regaló a los bancos, supuestamente a beneficio de todos para evitar el colapso de la crisis hipotecaria (en la que se metieron ellos solitos, en confabulación con los lucradores del ladrillo), miles de millones regalados a empresas privadas que no han dejado de obtener ganancias ni de pagar salarios y jubilaciones multimillonarias a sus directivos.

Es fácil, y tiene muy buena prensa arremeter contra los empleados del sector público (que puede y debe ser mucho más eficiente, es cierto, pero que si no lo es, la responsabilidad es de los propios políticos), cuando el barco se tambalea. Desde luego mucho más fácil que intentar hacer la Administración más eficiente, que tocar a las grandes empresas chupadoras de sangre, que retirar la financiación a la Iglesia Católica, que desterrar la corrupción y el clientelismo de muchas administraciones locales...

Qué vergüenza.

PD: La guerra del Gobierno de Canarias contra sus funcionarios, merece post aparte.